sábado, 2 de enero de 2016

Lo que me dejó 2015

Hay que hacer un pequeño balance del 2015, y cuándo mejor si no es ahora. 

Ciertamente, ha sido un buen año, no me puedo quejar; sin embargo, podría haber estado mejor. Cometí errores, me cerré a experiencias y rechacé la ayuda de aquellos que me querían. Y todo ello, por mantenerme en mi zona de confort. Pero al igual que me arrepiento de mil cosas, también me alegro de otras decisiones, que tomadas sin querer o queriendo, me ayudaron a seguir el camino que ahora sigo. 

2015 lo describiría como un año de transición: desde un 2014 muy malo a un 2016 que llega con muy buenas vibraciones. He aprendido a quererme y a querer a los demás, a valorarme y a valorar. He aprendido que lo mejor llega en el momento más inesperado, y también he aprendido que las oportunidades sólo se tienen una vez. Pero sobretodo, he aprendido que la felicidad está en las pequeñas cosas de la vida. Termino 2015 con el doble de personas con las que lo empecé. Gracias.

Pero aquí vengo a agradeceros a vosotros, a los que me leéis de vez en cuando, y a los que lo hacéis siempre, todo vuestro apoyo. A este blog aún le falta mucho, muchísimo, por crecer, pero poco a poco lo vamos logrando. Este año he intensificado mi dedicación al blog y esa dedicación ha visto sus frutos, por lo que seguiré esforzándome cada día más y más por este pequeño proyecto que ya tiene algo más de un año de vida y por el que estoy completamente enamorada desde que empecé. 



Muchas gracias. Si esto es posible, es sólo gracias a vosotros. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario